Derrota entre vuelos

La distancia de Madrid a Kaunas en avión es de 2600 km. Y la de Kaunas a Tenerife de unos 4400 km. Y esa es la valoración de esta semana.

Ganamos en Munich, nos quedamos con 9 victorias e iniciamos la kilometrada del año. Aquí, avisamos, no íbamos a criticar al Real Madrid pasase lo que pasase en Kaunas y luego en Tenerife. Bastante con cumplir el calendario e ir a competir. Tios de 2 metros metidos en horas de avión para luego jugar partidos de máxima exigencia... no son robots. Esto no es la Play. En Kaunas perdimos en el último cuarto. Pues mira, ni tan mal. Quedamos a 1 o 2 victorias del liderato, quintos en la tabla, y sin que conste que se lesionara nadie. Y ahora no se deciden los títulos.

Queridos lectores: estos viajes son criminales. Podemos, sin temor pero sin hacer daño, hablar de si Llull tiene demasiados minutos, de si debe jugarse las acciones decisivas. Está claro que ya no es un chaval, y si fuera yo (que tengo alguno más que él) bastante tendrían con sacarme de la cama, como para ponerme a tirar mandarinas decisivas. Se puede hablar de ello, pero también se puede hacer sangre otro día. Munich-Kaunas-Tenerife, cojan un globo terráqueo. Esta semana hay que cumplir, irse a la cena de Navidad, jugar el par de partidos contra equipos vascos que quedan, las uvas y a empezar la cuenta de nuevo. 

Los jugadores tienen familia, preocupaciones, alegrías, tristezas. Y demasiadas horas de avión: démosles un respiro.

Concluyo con lo del abogado de Qatar y su opinión sobre la Superliga. ALgunos dicen que, dado el caracter de lo que dice, puede tener aplicación (si luego los jueces siguen esta línea) sobre la Euroliga. Dudo ya mucho que la Euroliga sea parable, y si hay algún sitio del que irse... ese sería la ACB. Pero si de todo esto sacamos que se arregla el despropósito de las ventanas de selecciones, pues ni tan mal. Estaremos atentos.

Y ahora... a Tenerife

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