Real Madrid 2-3 Chelsea (12-04-2022) - El pespunte

Empezaré por el final: el Real Madrid se ha clasificado a semifinales de la Champions League, la competición más exigente del mundo, con una línea defensiva compuesta por Lucas Vázquez, Dani Carvajal, David Alaba y Marcelo. Que, entre otras cuestiones a estudiar... ninguno es alto y poderoso. Las cosas de Carlo.

Tuchel, por su parte (que, eso sí, en la ida se llevó repaso táctico del que no se supo reponer) planteó para la vuelta una batalla táctica que ya había empezado en la previa con aquel "Es poco probable remontar, pero merece la pena intentarlo". Mintiendo a sabiendas, porque con un simple 0-1 pasaba automáticamente a haber eliminatoria. Tampoco nadie le creyó, eso sí

Ellos tenían que arriesgar. Y lo hicieron. Nosotros dejamos el ataque por la derecha para posibles arrancadas de Valverde, que contuvieron con maestría con su juego de intensidad alta (y nuestros nervios). Para sus zancadas, Kanté (muy lejos de su mejor versión) y Kovacic, que ha evolucionado al cumplidor centrocampista de élite que se preveía.

Sabíamos que un gol nos metía en eliminatoria casi pasara lo que pasara, pero estuvimos excesivamente timoratos, cumpliendo la predicción de muchos de que no íbamos a saber jugar con el resultado en el Bernabéu. Servidor bromeaba en Twitter diciendo que un gol en contra nos vendría bien para reenchufar a la eliminatoria a los jotajordis para los futuros memes y loles de decepción.

En el 10 Vini sacó una buena falta que Karim no supo meter entre palos (no tiraríamos a puerta en la primera parte, si no anoté mal). Y poco después una buena combinación, no exenta de fortuna (cuanto más ataques, más te sonríe, claro) trajo el 0-1. A Tuchel le salía el plan.

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Nuestra encuesta pre-partido sobre qué jugador iba a ser el más destacado de la noche hablaba de Vini porque mucha eliminatoria estaba en tener acierto en el espacio. No fue su noche, siempre al límite, hasta la prórroga. Y eso que los británicos siguieron agresivos, dejando muchas veces su defensa desprotegida. Si la pedían mordían mucho, y con acierto. A la media hora no nos quedó más remedio que pasar a bloque bajo, donde ganamos en tranquilidad.

El arbitraje polaco era raro, en cuanto a criterio de amarillas y algunas decisiones, pero sin destacar de más. Sobrevivimos al descanso con ese 0-1, pensando que con Militao estaría siendo otro partido.

La segunda parte se les pusó de dulce. Ya en el 46, minuto importante de esta eliminatoria, Nacho había salvado una. Pero en el 49, tras un córner de origen dudoso, apareció el hombre del partido (sobre todo si hubiesen ganado) el imperial Rudiger.

Todavía no habíamos pasado a modo defensa sin centímetros, eso sería después, pero su remate fue inapelable.

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Eliminatoria igualada. Tuvo el efecto de enchufar al equipo y con ello al estadio (muy difícil que sea al revés en el Bernabéu). El reto estaba marcado y este equipo funciona a retos. Pronto Kroos casi mete el 1-2, de falta, en el 55 (Ngolo Kante se había librado de otra amarilla, que esas cosas pequeñas parecen poco importantes)

Y se nos vino el mundo encima mediante uno de sus arietes favoritos: la ley del ex. Marcos Alonso, nieto de nuestro pentacampeón de Europa Marquitos, se veía beneficiado de un rebote para meter el 0-3. Lo anuló el VAR, pues la ventaja le llegaba de su propia mano. Una decisión al filo. Y un aviso que nos dejó muy tocados.

Rudiger seguía imperial (impidiendo un pase de Kroos -desacertado hoy- a Vinicius). Otro clásico: minuto 67 y 3/4 de Bernabéu pensando si Carlo tendría algún plan. Al 72 salió Camavinga, que aunque en todo lo de después firmó una gran actuación para su edad, trajo unos primeros desajustes que el Chelsea nos machacó. Nacho intentó corregir una mala posición, sin la contundencia de Militao, se abrió un hueco y pum: 0-3. Una vez más en esta Champions... sufriendo y viéndonos fuera.

Pero ya escribimos que este equipo es de retos.

Carlo movió piezas, y le pudo salir fatal. Cambios arriesgados tardíos, pasábamos a jugar con un equipo de bajitos (y aún luego caería Nacho). Pero a veces la vida sonríe, y más si en tu equipo juega Luka Modric.

Alguna vez tenía que salir y salió: centrazo brutal (la encuesta del tuit de abajo no es merecida) y remate de Rodrygol. Gol del brasileño, que siempre reivindica que es jugador del Real Madrid metiendo goles en Champions.

Goles y en Champions, no hay nada más madridista que eso. Que siga su idilio con la competición

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Nacho cayó, las alegrías nos duraban lo justo. Y si ya estábamos sufriendo cada centro a Rudiger, más lo íbamos a hacer. El apaño de Carlo de sacar a Lucas y poner a Carvajal de central no te lo firmo yo en mis momentos más atrevidos de FootballManager. Porque aquí, en la vida real, la estatura cuenta. Y dado lo que buscaban a Rudiger y compañía, daban ganas de poner a Lunin de central.

O, llámame loco, al chico de la cantera que habías convocado. Rafa Marín, un tallo de 191 cm. Le salió bien, pero hoy a Carlo le pudo salir mal.

Prórroga. Tuchel sacaba un pizarrón. Y en lo que pensábamos en centímetros, centros, la vida... Carlo mascaba su chicle viendo como Camavinga recuperaba un balón y encontraba a Vinicius. Y ahí el brasileño recordó todas las enseñanzas de Karim, que estaba en el sitio, listo para el gol con su cabeza, su bendita cabeza que es santo y seña de esta eliminatoria

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Fue casi media hora poniendo a prueba los efectos secundarios de Pfizer y Moderna en millones de aficionados madridistas de todo el mundo. Cada centro, cada bola colgada, pudieron marcar, vaya que si pudieron marcar. Pero habíamos competido y lo habíamos vuelto a lograr.

Somos el Real Madrid Club de Fútbol.

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Enhorabuena al Villareal, por una excelente eliminatoria. La Champions les debe una semifinal exitosa.