Real Madrid 57-58 Anadolu EFES (21-05-2022)

Pablo Laso Biurrun es entrenador del Real Madrid desde el año 2011, el que más partidos nos ha dirigido en toda la historia. De espléndida carrera también como jugador, como entrenador nos ha dado títulos cada año, cada año. A su lado Rudy Fernández, que dio el plus de competitividad para que eso fuese posible. Y no me olvido de Sergio Llull, el capitán, blanco desde 2007 (llegó con Joan Plaza), que abrió camino también con Messina en lo que fue la génesis de todo lo que ha venido después.

Ésta es una temporada histórica para el Real Madrid, como club, como institución. Con tantos problemas, especialmente en baloncesto, con lesiones, malas rachas, el puñetero covid, jugadores veteranos, que tanto nos han dado pero que tan discutidos han sido (ley de vida). Con todo ello, tanto en fútbol como en baloncesto, llegamos a Mayo a jugar las finales de Copa de Europa.

Es incomprensible no ser madridistas

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Ha sido una temporada de fe, y lo escribo en pasado como si no quedase todavía el campeonato nacional, pero tantas han sido las emociones, tal el viaje vivido también hoy.  Por Rudy. Por el cruzado de Abalde. Por la mala pata de NW Goss. Pero nos quedaba la garra y el madridismo de Llull. La inteligencia hipnótica de Rudy. El poderío de Tavares, la pelea de Poirier, la inmensidad de Yabusele. Apelamos a ellos y a los no nombrados. Y salimos a jugar. Somos el Real Madrid, dijimos. En Belgrado se escuchó

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El Real Madrid de la convicción. Un rival formidable, un desafío de los que gustan en la entidad. No olvidaremos facilmente este viaje. No lo haremos, de hecho. Gracias, Pablo. Gracias, Rudy. Gracias, Sergi. Gracias todos. Hala Madrid, pese a quien pese.