El año de la 14ª: El ejemplo de Marcelo

Este miércoles queremos plantear en La Santiaguina una doble entrada: el Madrid que se va (el de Marcelo) y el que entra (el de Tchouameni).

A Marcelo alguien le dio un buen consejo (tal vez él mismo) y lo que es más sorprendente en un futbolista: lo aceptó. Y lo siguió. Porque algo han tenido en común los actos de esta semana, la despedida de Marce y la llegada de Aurelien: sus ruedas de prensa han sido impecables.

Marcelo, aparentemente con un simple mensaje elegante, ha dejado un legado inmenso https://twitter.com/MarceloM12/status/1536442015331893250

"Lo importante es saber dónde estar en cada momento"

Imaginad ahora cada vez que alguien diga que el Real Madrid no sabe despedir a sus leyendas, no digamos a sus capitanes. Sí, sabe despedir a quien sabe querer despedirse. Sin ir más lejos, a Ramos le sobró su entorno, claramente, y firmó un año final desastroso. Nada podré empañar la décima y otros grandes éxitos, y volverá a ser querido por el Bernabéu como merece, pero su primer final no fue el deseado.

Iker ya sabemos que no fue el mayor modelo de fin de carrera en el Real Madrid. Y, no sé si ya se habrá dado cuenta de ello o tal vez no, porque esas cosas son jodidas, pero mucha culpa fue suya, de no aceptar que su tremendo talento, a partir de determinados años, debía ir acompañado de trabajo físico... o en el Real Madrid no hay cabida. En todo caso hay que celebrar que haya vuelto a su gran casa. < p style="text-align: justify;">Marcelo deja un inmenso legado de calidad, de títulos, un vendaval de humanidad. Se nota a la legua, hasta en su familia, que es un gran tipo. Y un enorme madridista. Pero tal vez su mayor legado, lo veremos con el tiempo, es haber sabido ser capitán con todas las letras