El mundial de la infamia

El Mundial de la infamia está en marcha. ¿No tenéis la sensación, entre unas cosas y otras, de que no está siendo real o es raro? Nada ayuda a pensar en lo contrario: que sea en Otoño, en estadios que empiezan llenos pero acaban vacíos, que no haya artistas de renombre en la inauguración. La lista de Luis Enrique. Que el partido inaugural sea un Catar-Ecuador. Benditos ecuatorianos, dando color al mundial pidiendo cerveza desde las gradas o haciendo el universal gesto de "esto está comprao".

Y es que, como me dice un amigo, hay muchos que no van a ver ni un minuto de juego (si acaso a Bellingham u otros futuribles blancos) pero están "gozando" del juego, vergüenza y ridículo que se produce en todo lo que rodea a la cita mundialista. Por ejemplo, el discurso de Infantino, tratándonos a todos de idiotas. Algo así como Xavi cuando dijo que Qatar era un lugar excelente para vivir. Salvo si eres mujer u obrero de los estadios. Es una barbarie coger un mapa de los estadios y del país. Mientras se reúne medio planeta para tratar la emergencia climática, en la mayor cita del mundo se han cometido innumerables barbaridades sin prácticamente respuesta. Y por supuesto ni brazaletes ni arcoiris ni nada. Todos a chitón

El danés Peter Moller lo ha sentenciado con esta frase: "Estoy preocupado por el futuro de la FIFA y del fútbol en general. Ves a más y más personas, dentro y fuera del fútbol, ​​diciendo: ¿Es esto realmente lo que queremos? Cada vez ves más aficionados que le dan la espalda al fútbol".

Y es que menos mal que tenemos a Florentino. Porque desde que Catar despegó sus airways por el planeta fútbol... resistir está siendo titánico. Porque no sólo patrocinan y representan lo que representan, es que además se asocian con las partes más oscuras de Europa. Y, habiendo dinero, esos próceres acaban hablando bien de tu emporio. Manda narices.

Es el Mundial de la infamia y no deberíamos dejar de decirlo. Donde hay dinero hay poder, y donde hay de ambas cosas a espuertas... hay ambición, engaño, daño. Querido fútbol, no mereces esto.

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