Las encíclicas del cardenal de Barcelona

(Y sus satélites colchoneros, especialmente infiltrados en la prensa cavernesca)

Vosotros que sois jóvenes, que diría el colchonero De La Morena, tal vez no lo recordéis... pero en el año 2009 el arzobispo de Barcelona decidió que era su deber pastoral criticar el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid. Nada dijo de la deriva nacionalista de su parroquia, el uso adoctrinador de los colegios u otros problemas menores. No: lo importante era criticar que Ronaldo había costado unos cuantos millones y ese Florentino que amenazaba con acabar con el reinado de Pep... era un consumado malvado.

En su homilía (en 2009 éramos pocos los que poníamos tuits) pidió solidaridad y austeridad. Nada de dispendios descomunales, propios de la crisis de valores que bla bla. Valdano, que en esas se encargaba de salir al quite de las tonterías, respondió al bueno de Sistach... que nada había dicho cuando el Barcelona (de la cantera, añado yo) fichó a Ibrahimovic. 66 millones costó, ahí no era necesario acordarse de los pobres.

Ahora que han pasado 13 años, lo suyo es continuar con esto

https://twitter.com/realmadrid/status/1534801242706395137

Las homilías desaparecieron con los fichajes de Neymar (17 millones más cositas), Coutinho (de 120 no bajó), Dembele (un millón por cada microrotura, ciento y muchos) y los intercambios raros de Pjanic o Ferrán

El Real Madrid, tras unos mercados de austeridad, amenaza con gastarse 100 millones en el centrocampista de futuro de referencia continental.. y han vuelto todos los apóstoles del dispendio y los valores. Los de Barcelona (que tan ciegos han sido con la bancarrota creciente de su equipo) y los de su filial, el Atleti, que tan poco está haciendo por salvar el fútbol que hemos conocido, cuando tendrían todo para estar en la vanguardia.

Como hemos sido el club mejor gestionado en tiempo de crisis, y podemos permitírnoslo, yo le diría a Florentino que 120 millones mejor que 100. 125 mejor que 120. Que rabien todo lo que tengan que rabiar.

Además hay un bien social: si un primo tercero por parte de padre de Tchoumeni recibe una comisión de 4 millones, esos 4 millones estarán en la economía y no en nuestra caja fuerte. Alguien se tomará un mojito que servirá para consolidar el puesto de trabajo de ese camarero que sirva el coctel. Hagámoslo por los cocteleros. Florentino, fíchalo