Marcelo (y el Madrid de las winternianas)

Se acaba un ciclo, un ciclo que quiero arrancar en 1996. Por primera vez en casi 30 años no ondeará (metafóricamente) la bandera brasileña en nuestro lateral izquierdo. Para siempre, porque es muy difícil llegar a su longevidad e importancia, echaremos ya de menos ese lateral brasileño, primero Roberto y luego Marcelo, que ha identificado a nuestro equipo ... desde que teníamos 6 copas de Europa, ahora 14.

Hoy despedimos por la puerta grande al Capitán de nuestro club. Se va como el jugador más laureado de nuestra historia, querido y amado por la afición. Un amor que él devuelve siendo un habitual de Valdebebas, de las categorías inferiores, del femenino. Un madridista como pocos ha habido. Gracias por todo Marcelo

https://twitter.com/realmadrid/status/1536075869126479874

Tiempo habrá, lo haremos durante muchos años, para recordar sus jugadas, su importancia.

Hoy quería traer una reflexión sobre el Madrid que ya no somos. Aquí, ahora, disfrutamos de una buena planificación (por fin) que está dando sus frutos. Un Madrid campeón de Europa, y a la vez joven, y que se ha reforzado con Rudiger y Tchouameni. Más cemento.

Cuando llegó Marcelo, y Marcelo salió genial, el Madrid tenía que reajustar en Navidades. Esos años de Calderón, tan recordables para que no se vuelvan a repetir. Lo más sonado fue lo de traer a Lass y Huntelaar, y no poder inscribirlos adecuadamente en Europa.

Es un recuerdo de que ser el Real Madrid no es garantía de estar en la élite europea si no va acompañado de buena gestión. Hay que valorar lo que tenemos

Afortunadamente Marcelo cumplió y sobrepasó su destino "ser el sucesor de Roberto Carlos". El propio Roberto se implicó en hacerle venir, crecer, no dejar de creer y finalmente hacer explotar su potencial

https://www.youtube.com/watch?v=egHvwOX1dtk

Y, sin duda, lo mejor que ha hecho Marcelo estos últimos años es saber irse. Aceptar su último rol, y poder marcharse con el recuerdo en la retina de Cibeles, y la despedida de hoy junto al presidente.

Eres demasiado grande, Marcelo. Eterno