No habrá Supercopa española en Helsinki

Escribo de madrugada, aún sin superar el dolor de ver a un equipo español perder con el Eintracht, que lo mejor que nos ha legado es a Jovic y las salchichas. Y a quien le gustan las salchichas, con tomate, y una cerveza fresca de primavera. A nadie. A mí tampoco

El 10 de Agosto de 2022 podía ser la gran fiesta del futbol español. Podía, ya no lo será. No sabemos si el Madrid cumplirá su parte en la Chmapions, pero el Barca falló con estrépito, en un Camp Nou repleto de camisetas blancas, que ya hace falta tener mala leche

https://twitter.com/EuropaLeague/status/1514713814427709441

Están K.O. y están en k.o.; a lo mejor está pasando algo con el tema de los microtinglaos, porque ha sido escribirlo y no paran de hacerles cumplir la legalidad. En este caso un penalti de Eric Garcia, que es como una versión B de Jordi Alba, pero en malo. Porque Jordi es como es, no vamos a descubrirlo ahora. Pero además de "eso", es un espléndido futbolista, que ha demostrado serlo, un magnifico futbolista, con el Barca y con la Selección, dando innumerables asistencias y marcando goles de importancia. También protagoniza el penalba, ya que hablábamos de lo bueno. Desde la gravesiña no se recordaba un jugador que lograra un acontecimiento así.

Pero volvamos a Eric Garcia, que es el más infalible pronosticador de balones de oro. Porque a estas alturas ya nadie duda (ni Joaquín, el del arte) de que Vinicius lo ganará, o se quedará cerca, más pronto que tarde. Eric, cenizo, vaya penalty te cascaste. Y claro, por lo que sea ahora os los están pitando, y entre eso, que el Barça jugaba fuera de casa en el Camp Nou, que el VAR estuvo inmenso, que el Eintracht come salchichas, que la cerveza rima con primavera... pues por lo que sea, cuando Busquets (el gran jerarca de la noche) quiso remontar la cosa... ya era tarde.

Así que nos quedamos sin un Madrid-Barça, una final europea muy española, dos aficiones hermanadas (podríamos haber hecho una fiesta de la salchicha) cantando el lo-lo-lo del himno nacional, abrazados, bailando La Macarena. En Helsinki, estadio olímpico, verano, fresquito, idílico. Habría sido precioso.

Nunca te lo perdonaré, Eric. Le diré a Vinicius que él tampoco lo haga, cuando se esté haciendo las fotos en la Torre Eiffel.