Se podía pinchar

Se podía pinchar. Y no nos referimos a que estuviese permitido, sino a que era probable. Entre partidos de UWCL, con aviones de por medio y un buen rival enfrente.

Hay que entender el deporte profesional: el Real Madrid es ya un enemigo a batir. Es un rival al que se ganas te suben tus acciones y valores. Hacer que el Real pinche... mola. Y el Levante, además, es un equipo histórico del fútbol femenino. No era un cualquiera. Y te abrió el Ciudad de Valencia. Y mientras tu viajabas por Europa, y te desgastabas en Albania ida y vuelta... ellas preparaban el partido. Y del Levante ha salido medio plantilla nuestra, también ocasión de reivindicarse para las granotas que jugaran. Todo era un cóctel... por el que se podía pinchar.

Y por eso hay que respetar, y mucho, lo hecho por el Barcelona estos años. No ceder ni un punto en Liga. Porque aunque seas superior... hay partidos que pinchas. Que el balón no te entra, que el rival te marca a balón parado, que no estás mentalmente porque estás entre duelos más importantes (el Madrid tiene al PSG a la vuelta de la esquina). Hay que ser superior en calidad. Pero también mentalmente. Y como colectivo.

De hecho, si algo me preocupa del pinchazo en Valencia es precisamente comprobar que el equipo... aún le falta. No nos lo creemos del todo. Nos falta Weir y caemos. Pero no es sólo cosa de una jugadora: aún no nos creemos lo que es el escudo que llevamos en el pecho y lo que exige. Yo pienso que aún puede haber liga, porque al Barça de este año, sin Putellas además, se le puede hacer sufrir. Pero es imprescindible no dejarse puntos en días como el de hoy.

Jugar entre semana y el fin de semana, y entre viajes, no es fácil: pero ésta es la máxima exigencia. Hay que ser mejores en todo, también en la cabeza. Honor a Nahikari, que no sólo metió un golazo sino que además cogió el balón de inmediato, porque ella sabe (se nota que es madridista) que llegaban los minutos del Madrid.  A destacar también Oroz, que sigue dejando buenos detalles, asistencias y minutos de oro.

De hecho, lo del milagro madridista final estuvo a punto de pasar. Una contra en el tiempo añadido que pudo ser letal, pero que fallamos el último pase. Y un córner posterior que, por centímetros de gente como Kathellen o Möller, deberíamos aprovechar mucho más.

Una última antes de dejar el gol de Nahikari... no nos sobra ninguna jugadora. Y Toril parece tener señaladas a un par, por lo menos. Veremos de aquí a final de año, porque la exigencia no baja... y este fin de semana se podía pinchar, pero sería bueno dejar de hacerlo.

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